Más de 1.500 estudiantes secundarios ya se capacitaron en el Código de Convivencia de la ciudad de Córdoba
- Está orientada a chicos de cuarto, quinto y sexto año de establecimientos públicos y privados.
- El objetivo es educar en valores y fomentar buenas prácticas sociales que fortalezcan la paz social.
Apostando a los jóvenes como generadores de conductas respetuosas, la Municipalidad de Córdoba ya capacitó en lo que va del 2024 a más de 1.500 estudiantes secundarios en los diversos aspectos del Código de Convivencia.
Las acciones forman parte de “Escuela de Convivencia”, una iniciativa de los Tribunales Administrativos de Faltas orientada a chicos de cuarto, quinto y sexto año. El objetivo es motivar conductas armónicas, forjar conciencia preventiva, educar en valores y fomentar buenas prácticas sociales que fortalezcan la paz social y el civismo en la comunidad.
A través de actividades pedagógicas y lúdicas se dictan talleres formativos en los colegios secundarios de la Ciudad de Córdoba, haciendo accesible las múltiples dimensiones que regula el Código de Convivencia. Es una formación complementaria extracurricular.
“Nuestra prioridad es involucrar a los jóvenes para que sean los protagonistas del cambio. Que día a día sus valores y comportamientos fortalezcan el civismo y la paz social en nuestra ciudad”, expresó Juan Manuel Aráoz, titular de los Tribunales Administrativos de Faltas.
Previo al dictado de los talleres, los docentes se reúnen con los directivos de cada colegio para conocer las necesidades particulares del establecimiento y orientar los contenidos.
“A esa edad muchos jóvenes pueden sacar una licencia de conducir y empiezan a tener una vida social mucho más activa. Queremos educar con una mirada de mayor conciencia que les permita construir una sociedad mejor”, fundamenta Soledad Lassaga, a cargo de la Escuela de Convivencia.
En general, la capacitación gira en torno a cinco ejes principales: deberes, principios y valores; seguridad en el espacio público; convivencia ambiental, vial y digital.
Durante la jornada, los estudiantes expresan sus inquietudes y preocupaciones, abordando temas como la siniestralidad vial, el consumo problemático, la gestión de perros potencialmente peligrosos, el manejo de residuos domiciliarios, la conducción peligrosa, el consumo de alcohol en espacios públicos, el acoso escolar en entornos digitales (bullying), entre muchos otros.
Los chicos participan de un juego con tarjetas para aprender las normas viales y también utilizan gafas especiales que alteran la visión al manejar en un grado similar al que produciría el consumo de alcohol.
Estos diálogos son una apuesta a largo plazo, en valores y en prácticas de respetuosa convivencia, especialmente necesarias en el actual contexto de conflictividad social.