Cambio Climático: CORMECOR midió la Huella de Carbono del enterramiento sanitario Piedras Blancas y es pionera en Latinoamérica
- El estudio de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) fijó una línea base para mejorar las medidas de reducción, mitigación y compensación.
- La emisión principal es el metano generado por la descomposición de la basura, que mediante un proyecto se busca transformar en energía eléctrica.
Con el objetivo de profundizar las acciones contra el Cambio Climático, la Municipalidad de Córdoba y CORMECOR midieron por primera vez la Huella de Carbono en el enterramiento sanitario de Piedras Blancas.
El estudio fue realizado por la consultora Geotellus bajo estándares internacionales de la norma ISO 14064-1. Es el primero desarrollado en un vertedero público y no tiene antecedentes publicados y de libre acceso en Argentina ni Latinoamérica.
De esta manera fija una línea base para la gestión de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y su impacto ambiental.
“Nos enfocamos en la sostenibilidad y la protección del ambiente, por eso analizamos nuestras actividades y procesos para calcular la huella y diseñar un plan de reducción, mitigación y compensación”, explicó Constanza Mías, presidenta de la Corporación Intercomunal para la Gestión Sustentable de los Residuos Sólidos Urbanos del Área Metropolitana de Córdoba (CORMECOR).
El vertedero sanitario de Piedras Blancas recibe un promedio de 54 mil toneladas mensuales de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), provenientes de la ciudad de Córdoba, 29 municipios del interior y de empresas privadas.
La medición cubrió el período 2023 e incluyó las emisiones directas e indirectas de GEI tanto del proceso productivo como el administrativo del predio ubicado al sur de la ciudad Capital, sobre la Ruta 36.
“Este ejemplo de Piedras Blancas en el área metropolitana es muy valioso, especialmente en medio de la crisis que vive el país. Córdoba vuelve a estar a la vanguardia en materia ambiental al medir para gestionar la Huella de Carbono”, expresó el geólogo Favian Leynaud, de la consultora Geotellus, a cargo de la investigación.
Casi la totalidad de las emisiones provienen de la generación de metano, producto de la descomposición de basura, seguidas por las derivadas del uso de combustibles en vehículos o maquinarias. En tercer lugar quedaron las emisiones indirectas fruto del consumo de agua.
En 2023 se contaron 489.801 toneladas de carbono equivalente con un factor de emisión de 0,673.
La primera medida se refiere a la cantidad de gases de efecto invernadero liberados a la atmósfera, expresada en toneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalentes. Esto permite comparar el impacto climático de los diferentes gases en una misma unidad.
Por su parte, el factor de emisión refleja la cantidad total de CO2 equivalente generada por cada tonelada de residuos procesados en el vertedero, teniendo en cuenta las actividades involucradas en su tratamiento.
En ese contexto se compararon estudios de tres vertederos internacionales que publicaron sus emisiones bajo rigurosas metodologías de cálculo. Estos muestran números más altos que los de Piedras Blancas: 0,696 (Ho Chin Minh-Vietnam); 0,772 (G-Advisory-España) y 0,925 (Phitsanulok-Tailandia).
De esta manera, los resultados en Piedras Blancas marcan emisiones inferiores, derivadas de mejores procesos en el tratamiento de los residuos sólidos urbanos.
Reducción, mitigación y compensación
Mediante un proyecto de CORMECOR y EPEC, ambos organismos buscan capturar y transformar el metano en energía eléctrica alternativa.
Potencialmente, combustionar ese biogás podría reducir hasta un 80 por ciento tales emisiones, que tienen un efecto mayor en el calentamiento global: atrapan 80 veces más calor que el dióxido de carbono.
La valorización energética (combustión) del metano se suma a otras recomendaciones del estudio que incluyen el compostaje a gran escala, la mejora de los sistemas de preclasificación de residuos, el uso de biocombustibles, la instalación de los sistemas fotovoltaicos de energías renovables, la plantación de árboles para la captura de dióxido de carbono ambiental o la inversión en bonos de carbono en plataformas internacionales.
En cuanto a la forestación, en el predio se plantan 500 especies arbóreas autóctonas en distintos sectores.
Por otra parte, la maquinaría y vehículos de CORMECOR ya están funcionando con B20, un diesel formado por 20% de biocombustible elaborado a partir de aceite de soja.
Otras estrategias en ese sentido se materializan en el Parque de Economía Circular, ubicado en el mismo predio de 100 hectáreas del Complejo Ambiental Piedras Blancas. Allí operan las firmas Geocycle y Contrini, que generan combustibles derivados de residuos (CDR), a partir de residuos secos no reciclables, restos de poda y neumáticos fuera de uso (NFU).
La medición
El equipo técnico de Geotellus que participó en este estudio, en parte está conformado por Lautaro Leynaud (ingeniero agrónomo), Lautaro Bentivenga (ingeniero ambiental) y Gisela Tini (ingeniera agrónoma). El trabajo midió las emisiones de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido de nitrógeno (N2O) e hidrofluorocarbonos (HFCs).
En Latinoamérica es incipiente la medición de la huella, en comparación con Europa, donde es un imperativo legal, social, ambiental y económico, tanto en el sector privado como en el público.
Sin embargo, actualmente estos estudios se encuentran en auge en el sector privado debido a que muchos mercados internacionales exigen a los países en vías de desarrollo estándares ambientales para el intercambio comercial.